"Tras haber trabajado previamente explorando el lenguaje pictórico y simbólico de los felpudos del edificio en el que vivo en Madrid desde hace 10 años, ahora he decidido seguir trabajando con los felpudos de mis seres queridos: amigos/as, familiares, amantes… Todas aquellas casas en las que he sido bienvenido. ​

Si antes mi labor se asemejaba a la de un vecino cotilla y voyeur en el rellano, ahora se torna en una acción más vampírica, buscando una suerte de acuerdo tácito entre la persona cercana a mí, su felpudo que será pintado, y yo.

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 En esta serie de pinturas existe una evolución respecto a las anteriores. Tanto a nivel formal: con pinturas más sueltas y orgánicas, que en sus diferentes calidades intentan transmitir los matices propios derivados del uso que un felpudo suele tener. Y a nivel conceptual: si antes los títulos se correspondían con el piso y puerta del felpudo, ahora éstos son llamados como sus dueños/as, estableciendo una conexión más personal y autobiográfica respecto a mi vivencia en esa casa y con esa persona. ​

Con este proyecto persigo un objetivo claro: re-imaginar y re-significar a través de este objeto, el lugar donde nuestras esferas públicas y privadas se solapan. Esta resignificación, aunque pequeña, nos permite mirar con nuevos ojos lo cotidiano, abriendo así la posibilidad a nuevas maneras de ver y entender a la gente que nos rodea, nuestros vecinos, pero también a nosotros mismos.